martes, 20 de febrero de 2018

Reto 2

Reto 2

Comprensión del proceso de conocimiento en la acción educativa

Todo docente debe comprender la función curricular que lleva consigo tanto en el espacio que lo rodea como el tipo de población con quien comparte los saberes; reflexionar y conocer las posibilidades pedagógicas y curriculares para contextualizarlas según los intereses y motivaciones de los estudiantes.

Se habla, por supuesto, de un profesor preparado y enamorado de su trabajo por el cual el proceso curricular se desarrollará con pasión e incluso, innovará dicho proceso de la mano con herramientas y metodologías pertinentes para fomentar un aprendizaje significativo en sus estudiantes.
Donde hay amor por lo que se hace hay interés en el otro; no hay espacio para el egocentrismo sino que todos los participantes del proceso de enseñanza – aprendizaje encuentran también su importancia.

Por lo tanto, el docente selecciona y transmite los conocimientos de manera que los estudiantes la comprendan y apliquen, siempre a través de un punto formativo cuya finalidad es atraer la atención de cada uno de sus educandos para alcanzar un aprendizaje significativo, considerando a los sujetos como seres individuales, con ideologías, necesidades e intereses diferentes, que aspiran a algo más que ser de utilidad para un sistema económico hermético y absorbente. 

                              Choose a job you love, and you will never have to work a day in your life- Confucius




El gestor de conocimiento es aquel profesional que organiza sabiamente los contenidos curriculares e impulsa la curiosidad por el conocimiento, estimula constantemente el aprendizaje, toma decisiones conscientes y, previamente, informadas.

Además, conduce el proceso, y evalúa los logros de sus estudiantes; es consciente de que cada cabeza es un mundo y cada ser se desenvuelve y aprende diferente, por lo que elige recursos y metodologías que dialoguen entre sí a como con cada uno de los sujetos, sin pormenorizar la importancia del desarrollo del aprendizaje.
Por lo tanto, el docente promueve la participación, el compromiso y la responsabilidad de todos los participantes de este proceso con el objetivo de formar seres integrales.


Cuántas veces no hemos escuchado o incluso, dicho: ¿esto para qué me va a servir?
Y, ¿por qué preguntan eso? Porque nunca se nos ha preguntado qué nos interesa aprender o de qué manera queremos aprenderlo, simplemente se nos ha impuesto un conocimiento  al que muchas veces no le encontramos su utilidad o no lo concebimos como un saber importante.

Pero, ¿qué pasaría si los docentes tomaran del tiempo de la clase para preguntarnos qué queremos lograr, qué queremos saber y cómo deseamos que se desarrolle? Si esto fuera así, el aprendizaje sería más ameno y no significaría para muchos de los estudiantes actuales, un dolor de cabeza o una pérdida de tiempo.

A raíz de esto, el docente, como profesional del currículo, selecciona y organiza los contenidos para entusiasmar a sus estudiantes. Es un sujeto que identifica el tipo de estudiante que se quiere formar, las fuentes necesarias a desarrollar y la innovadora metodología configurada específicamente para construir el aprendizaje significativo.

Un profesional del currículo centra su atención en las necesidades de los estudiantes, y comprende que existen varios estilos de aprendizaje, fortalezas y debilidades en cada estudiante, por lo que diseña un currículo y lo ajusta al bien del estudiantado, y no a un bien único o personal en el que muchas veces tiene más valor recibir el pago mensual del Ministerio, que identificarse con cada uno de los demás participantes del proceso, y buscar ir “más allá del papel”, “más allá de cuatro paredes”; es decir, trascender los saberes para toda la vida.

Para empezar, considero que no se les debe idealizar el proceso enseñanza- aprendizaje, sino que se deben exponer a la realidad, los retos que deben enfrentar pero, siempre por medio de un argumento crítico, que implique un decir y escuchar desde las dos partes, y no solamente la voz del docente. Es necesario conocerlos, instar a la reflexión pero no estancarse en ese punto, sino actuar.

La manera más eficaz para entusiasmarlos es primero, exponerse con sinceridad y humildad, así como no olvidar que somos seres con defectos y en continuo aprendizaje, que erramos pero que sabemos aceptarlo, seguir adelante y mejorar.
Es fundamental establecer diálogos positivos, metodologías nuevas, amoldables para cada estudiante y estar en continua investigación para incentivar la curiosidad, dotar de dinamismo y creatividad el proceso.

Un educador crítico-transformador expone su verdad y asume con humildad que no es la única y absoluta verdad, sino que concientiza, cuestiona, reacciona y acciona. Se involucra en el desarrollo de sus estudiantes, vela por el bienestar de sus estudiantes y los conduce a la reflexión. Observa, guía y transforma pero, esto no es sinónimo de imponer, sino de incentivar y dejar que cada sujeto sea, estimulando la autonomía del aprendizaje.

Asimismo, propicia experiencias innovadoras las cuales impulsan el avance de los sujetos participantes, donde se cree un ambiente de libertad de palabra y pensamiento que nutra el aprendizaje y la enseñanza. Coloca a los estudiantes en la realidad y abre posibilidades horizontales. Centra  la construcción de los conocimientos desde una perspectiva transformadora y constantemente activa bajo condiciones pedagógicas que permitan el desarrollo personal, creativo y crítico de cada uno.

Modelos 1

Modelos 1 Mi experiencia en la Práctica Profesional… El último año de carrera suele ser decisivo, implica el doble de...